lunes, 7 de octubre de 2013

Volver cada día a tu regazo



Volver cada día a tu regazo.
Marchar y volver,
volver y marchar.

Nuestra vida es un continuo abandono de tu casa
y de tu compañía.
Tomamos la hacienda y nos vamos,
y la malgastamos en la prostitución.

Malgastamos el tiempo y la vida,
la inteligencia, las fuerzas, el dinero.
Malgastamos el amor...

Y no labramos tus campos,
y no cultivamos la hacienda, tuya y nuestra,
y pasamos hambre...

El hambre nos trae tu recuerdo.
¡Qué vergüenza que sea precisamente el hambre,
la soledad,
la falta de dinero para volver a malgastarlo!
Estómago, corazón y cartera...
¡Qué vergüenza que no seas tú!

Pero volvemos y te damos un abrazo apretado.
Y tú estás contento, muy contento,
aunque sepas que volvemos por hambre.
Y pones música
y una buena mesa,
la fiesta en familia,
eucaristía de retornos, abrazos y aleluyas.

¿Mañana nos iremos otra vez?

Patxi Loidi, Devocionario Catolico




Salmo 79 - La viña del Señor es la casa de Israel 

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